El edificio de oficinas de Arauco Argentina, a metros del Río de la Plata, fue diseñado para acompañar la nueva cultura de la empresa, vanguardista y versátil.

El interior se estructuró bajo la premisa de generar espacios de trabajo amplios, bien ventilados e iluminados. Se liberó el perímetro, para privilegiar las visuales y el ingreso de la luz natural.

Como contrapartida, los ambientes cerrados se ubicaron en la parte central de las plantas, donde las cafeterías juegan un papel articulador. Las salas de reunión fueron equipadas con la última tecnología para adecuarse a la virtualidad; las hay de varios tipos, desde clásicas hasta rincones con espíritu doméstico.

Uno de los grandes desafíos fue crear una imagen fresca sin incurrir en un colorido forzado. Para ello se eligieron colores pastel, en una gran variedad de tonalidades, que convive con la madera que reviste al núcleo central.

Se dio gran importancia a los exteriores, destacándose las expansiones verdes en la planta baja y la terraza, donde se pueden llevar a cabo actividades al aire libre.