Las nuevas oficinas de GlobalLogic en La Plata, próximas al centro de la ciudad, fueron construidas en un lote doble que contaba con una pequeña edificación de dos plantas sobre el frente. El nuevo edificio cuadruplicó la superficie existente, a la vez que liberó el pulmón de manzana para uso recreativo. La fachada sobre la calle mantuvo una imagen discreta, sin modificar el perfil de la cuadra.
En la planta baja se ubicaron los espacios públicos más importantes: acceso, recepción, estacionamiento, cafetería y jardín. Las plantas altas se destinaron a los puestos de los programadores, organizados en áreas de trabajo abiertas con escritorios lineales. Sobre la medianera se situaron las salas de reunión y los servicios sanitarios. Una escalera lineal de grandes dimensiones vincula las tres plantas y permite el ingreso de luz natural desde un lucernario en el techo.
Las necesidades técnicas del edificio y la crítica orientación del contrafrente fueron resueltas mediante pasarelas metálicas que contienen los equipos de aire acondicionado y sirven de parasol.