Pfizer Argentina trasladó sus oficinas a un nuevo edificio en la zona norte de la ciudad de Buenos Aires. El proyecto sobresale por sus dimensiones y funcionalidad. Se trata de una única planta de casi 2600 m2, diseñada para más de 220 personas, con la modalidad de Trabajo Basado en la Actividad (ABW). En efecto, los puestos de trabajo no están asignados, sino que cada colaborador elige entre una variedad de escritorios, salas o espacios de encuentro, según la tarea que va a desarrollar. Los vecindarios están constituidos por escritorios en grilla hexagonal y bench, distribuidos en tres grandes espacios.

Las zonas cerradas forman bloques internos y contienen funciones tales como oficinas, salas de reuniones de diferentes medidas, cabinas telefónicas, cafeterías, etc. Estos bloques se destacan mediante gargantas metálicas con luz led que los despega del cielorraso. Para reforzar el concepto de movilidad, se crearon espacios casuales de reunión entre los puestos de trabajo, donde pueden producirse encuentros rápidos e informales entre colegas. Sobre las circulaciones internas se disponen baterías de lockers multicolores -uno por persona- para guardar pertenencias y materiales de trabajo.

La oficina también cuenta con Zonas Silenciosas, dotadas de mobiliario propicio para la calma y la concentración. Además de los diferentes modelos y medidas de salas de reunión, capacitación e innovación, se definió que la cafetería principal tuviera la flexibilidad de transformarse en una sala para reuniones de gran escala. Por esa razón se eligieron mesas plegables, junto con sillas livianas, lavables y apilables. Los lineamientos estéticos se basan en el uso abundante de los colores institucionales y de las imágenes. La gráfica y la alfombra fueron diseñados especialmente para este proyecto bajo los manuales de Pfizer, logrando así transmitir la identidad de la empresa.